Prueba Citroën C5 HDi 140 FAP S Tourer: familiar hasta la médula

Prueba realizada por Roger Escriche

La última generación del Citroën C5 ha conseguido crear un envoltorio atractivo para una propuesta de vehículo que ofrece una buena calidad percibida en un rango competitivo de precios. La versión familiar del C5 respira las mismas líneas dinámicas que la berlina, aunque veremos que presenta pequeñas mejoras en cuanto a disponibilidad de espacio.

El C5 Tourer está, como la berlina, plenamente enfocado a la suavidad de marcha. El punto intermedio en el que se sitúa la versión HDi 140 FAP S tanto a nivel de acabados y equipamiento como en potencia lo convierten en una propuesta completamente adaptada a las necesidades de una familia con ansias ruteras.

Después de probar la berlina con el mismo propulsor diesel y la versión Tourer con el motor de 170 CV y las suspensiones Hidractiva III en lugar de las metálicas disponibles con el acabado S, parte de la labor consiste en descubrir en qué escalón en cuanto a espacio y capacidades dinámicas se sitúa el C5 Tourer con el motor de 140 CV.

El Citroën C5 HDi 140 Tourer tendrá que competir entre ruteros familiares de origen francés y temperamento sosegado como su primo Peugeot 407 SW o el Renault Laguna. La legión de berlinas familiares disponibles en el mercado es sin embargo cada día más extensa, y ya cuenta con ejemplares como los más recientes Opel Insignia Sports Tourer y SEAT Exeo ST o los ya clásicos entre los clásicos BMW Serie 3 Touring, Audi A4 Avant o Volkswagen Passat, todas ellas con un planteamiento más enfocado al dinamismo que a la extrema suavidad del C5.

El motor HDi de cuatro cilindros, 2.0 litros y 138 CV con sistema de inyección directa por common-rail de segunda generación y alimentación por turbocompresor de geometría variable entrega toda su potencia a 4.000 rpm y los 340 Nm de par máximo a 2.000 rpm.

Entre un motor que se siente especialmente cómodo en zonas de entrega de par más que de potencia máxima y unas relaciones de cambio tirando a largas, el C5 Tourer funciona como un tranquilizante en la carretera. Invita a una conducción sosegada y a velocidades de cruceros interminables en las que el cansancio tarda en aparecer.

El C5 Tourer se convierte con esta motorización en un excelente rutero. A pesar de su considerable peso, y también gracias al buen trabajo aerodinámico realizado por Citroën, permite mantener medias elevadas de velocidad sin penalizar en exceso un consumo que se acerca bastante a las cifras oficiales facilitadas por la marca francesa en torno a los 6 l/100 km en esta unidad.

El motor está acoplado en la unidad de pruebas a un cambio manual de seis velocidades de tacto y recorridos suaves, que es el que además de ofrecer mejores cifras de consumo permite sacar mayor rendimiento a los 138 CV del C5 Tourer en una conducción más dinámica.

El Citroën C5 Tourer es un coche de 1,6 toneladas, 4,82 metros de largo y monta unas suspensiones metálicas enfocadas sin contemplaciones al confort, y todo ello tiene unos predecibles efectos en cuanto al comportamiento dinámico.

La buena calidad de rodadura en recta y firmes en buen estado -beneficiada por una distancia entre ejes de 2,81 metros- suele transformarse en engorrosos balanceos de la carrocería en secciones de curvas y carreteras de montaña, aunque estos no son más pronunciados en la versión Tourer que en la berlina con idéntico motor. Con todo, en la conducción más dinámica que permite el vehículo contaremos con un ESP que entra en funcionamiento a la mínima insinuación de deslizamiento y frena el coche ante cualquier error de apreciación durante la trazada.

Sin contar con el plus de agilidad que ofrece la suspensión Hidractiva III disponible con el acabado Exclusive, el coche no exige más al conductor que sentarse, engranar la velocidad deseada y circular. Siempre se mueve de forma progresiva y controlable en curva, sin transmitir esfuerzos al volante incluso en apoyos más violentos.

El excelente aislamiento acústico y confort del C5 Tourer destacan inmediatamente en cuanto se coloca el coche en carretera abierta o vías rápidas. Es entonces cuando se convierte en un gran rutero, un auténtico aliado en viajes largos en los que, además, no será necesario detenerse más de lo deseable en las estaciones de servicio. Y si aún así lo hacemos, podremos esperar tranquilamente en sus cómodos asientos mientras nuestros acompañantes hacen acopio de bebidas con cafeína para continuar el trayecto.

La versión Tourer del C5 mejora en espacio en las plazas traseras respecto a la berlina y, a diferencia de la mayoría de modelos que ofrecen versiones familiares, también en capacidad de carga en el maletero, algo a tener en cuenta si la necesidad de espacio para equipaje es un factor importante en la decisión de compra.

El espacio en las plazas traseras en la versión Tourer se ve incrementado en 56 mm desde el asiento trasero hasta el techo gracias la eliminación de la pronunciada caída de la carrocería de la berlina a partir del pilar central.

En cuanto al maletero, los 439 litros de la berlina con rueda de repuesto aumentan hasta los 505 litros iniciales del Tourer, que pueden ser convertidos en 1.462 litros tras la sencilla operación de abatir la banqueta trasera. Además, la boca de carga queda bastante baja y la forma del maletero es perfectamente practicable.

Como en el resto del habitáculo, el puesto de conducción también destaca por su comodidad, aunque la información que se ofrece al conductor puede resultar a veces excesiva. El volante con la parte central fija cuenta tantos botones y selectores que se necesita una cierta práctica para localizar las funciones deseadas sin quitar la vista de la carretera. La parte positiva es que a penas será necesario apartar las manos del volante excepto para cambiar de marcha.

El funcionamiento del sistema de navegación no es el más intuitivo del mundo, aunque cuando se ha conseguido dar con las claves de su funcionamiento ofrece instrucciones sencillas y claras tanto en la pantalla incluida en el salpicadero como en el cuadro de mandos.

El C5 Tourer cuenta con 7 airbags. Entre el equipamiento opcional, dadas las dimensiones del vehículo y la escasa visibilidad hacia las partes bajas de la carrocería, es recomendable optar por el sistema la ayuda al aparcamiento, que facilita enormemente las maniobras en espacios muy reducidos.

Nos encontramos ante un gran rutero que ofrece espacio y mucha comodidad a cambio de una economía de uso destacable en un vehículo de su tamaño y prestaciones.

Si la versión con el motor HDI 110 puede resultar a veces insuficiente para arrastrar las 1,6 toneladas del vehículo, el HDi 140 se muestra perfectamente apropiado para conseguir reposadas velocidades de crucero cuando no queramos disfrutar del plus de comportamiento dinámico que puede ofrecernos el motor HDi de 170 CV, especialmente si está asociado con la suspensión hidroneumática. En definitiva, un concepto de vehículo familiar hasta la médula.

Aunque siempre habrá que estar atentos a las activas ofertas promocionales de Citroën, el precio de salida del Citroën C5 HDi 140 FAP Tourer es de 25.340 €. Como opciones, la marca francesa nos ofrece la pintura metalizada, el techo panorámico, y diferentes Pack S -con opciones como sensores de ayuda al aparcamiento delantero y trasero, bluetooth, navegador, faros bi xenón o tapizado de los asientos mixto cuero- que arrancan en los 550 € hasta los 2.500 € del Pack S Mixto Cuero My Way.