Prueba Citroën C4 Picasso 1.6 THP CMP Exclusive Plus: familiar con maquillaje

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Prueba realizada por Gabriel Esono

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Hasta la llegada del Citroën Xsara Picasso, la relación del ilustre apellido con el mundo del automóvil era muy parecida a la del tocino con la velocidad. No es de extrañar, pues, que en algunos sectores se levantara bastante revuelo ante lo que consideraban una especie de sacrilegio imperdonable.

¿Cómo osaban los herederos del pintor malagueño pervertir su nombre permitiendo que se estampara en la aleta de un coche? ¡Y un monovolumen, nada menos! Si al menos hubiera sido un roadster…

Afortunadamente para Citroën, una de sus especialidades es fabricar coches que se venden como churros, y con el monovolumen compacto volvieron a acertar, de modo que el público, grande o pequeño, entendido o no, pronto empezó a asociar Picasso con cuatro ruedas y versatilidad de libro.

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Superada la fase Xsara, que tan buenos resultados le está dando todavía, la firma del doble chevron afrontó la sucesión de su monovolumen «no grande» como un nuevo reto, en el que pretendía insertar en el nuevo familiar el aire entre dinámico y señorial de su nueva gama, representada mejor por el actual C5 que por el sospechoso C6.

El C4 Picasso se plantea, pues, como un coche de aspecto atractivo que luce con orgullo su silueta monocuerpo. Incluso, con buena voluntad, le permite a uno hacerse la ilusión de que se podrán abordar curvas sin fin con él. Ya lo veremos.

Entre todos sus rivales, que los hay a patadas, hay uno que se ha erigido por derecho propio como referencia en la categoría, aunque sólo sea porque fue el primero en llegar. Se trata de su paisano el Renault Scénic.

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Más cercana todavía es la relación con el Peugeot 3008, el primer monovolumen compacto de la firma del león, con el que comparte numerosos componentes, sobre todo a nivel mecánico.

El componente dinámico del SEAT Altea, recientemente remozado o del Ford C-Max, cuya sustitución es inminente, contrasta con la comodidad del Volkswagen Touran, que compite en tamaño y capacidad interior con otros 7 plazas del segmento, como el Mazda 5 o el veteranísimo Opel Zafira. Frente a éstos, sin embargo, Citroën opone la versión alargada del C4, el Grand Picasso.

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